La secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, lanzó una dura acusación contra la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, al señalar que habría “alentado” las protestas registradas en Los Ángeles tras el operativo de redadas migratorias desplegado por el gobierno estadounidense.
En declaraciones desde la Casa Blanca, Noem aseguró que “Sheinbaum salió e incitó a más protestas en Los Ángeles”, en referencia a los mensajes de la mandataria mexicana donde exhortaba a que la comunidad migrante exigiera el respeto a sus derechos. Aunque Noem reconoció el derecho a manifestarse pacíficamente, acusó a Sheinbaum de promover disturbios: “No debería estar alentando las protestas violentas”, afirmó.
La declaración se da en medio de un contexto de fuerte tensión en el sur de California, donde desde el pasado viernes se han registrado movilizaciones y choques con la policía tras redadas masivas del ICE que han dejado decenas de detenidos y múltiples denuncias por uso excesivo de la fuerza. Más de 4 000 efectivos de la Guardia Nacional y al menos 700 marines han sido desplegados para contener las protestas, que han derivado en 72 arrestos.
Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum condenó la violencia en las protestas y negó que sus declaraciones hayan llamado a la confrontación. A través de un comunicado oficial, sostuvo que “la dignidad humana no se negocia” y que los migrantes tienen derecho a manifestarse de forma pacífica. Asimismo, exhortó a las autoridades estadounidenses a garantizar el debido proceso en cada detención.
Desde la Secretaría de Relaciones Exteriores, el gobierno mexicano reafirmó su postura diplomática y condenó el uso excesivo de la fuerza en las redadas. El consulado de México en Los Ángeles ha activado protocolos de asistencia y ha documentado más de 50 casos de detención sin notificación previa.
Las declaraciones de Noem intensifican un clima diplomático ya enrarecido por la política migratoria de Estados Unidos, mientras analistas advierten que los señalamientos directos contra Sheinbaum podrían abrir una nueva etapa de fricciones bilaterales, ya que no se tiene dato de que un funcionario estadounidense hubiera acuasado al jefe del Estado mexicano, por lo menos en la historia reciente.
En tanto, en California, las protestas continúan. Organizaciones de derechos civiles han denunciado la criminalización de la migración y advierten sobre una posible escalada de violencia si no se desactiva el enfoque militar del operativo.
Mientras tanto, los gobiernos de ambos países se enfrentan al reto de gestionar un fenómeno estructural con efectos políticos inmediatos. Lo cierto es que, en esta ocasión, la migración volvió a ser no solo un tema de agenda, sino un foco de tensión diplomática en tiempo real.