El pueblo y sus múltiples personalidades políticas
jueves, 20 de marzo de 2025
El pueblo y sus múltiples personalidades políticas

La expresión “pueblo” es la palabra más recurrente en cualquier discurso político que hable de todo y todos, sin responsabilidad de nada. Es tan ambiguo que llena de manera cínica y tramposa los vacíos que en los hechos se traducen en colusión, complicidad, corrupción, incapacidad y un largo etcétera.


Fue el expresidente Andrés Manuel López Obrador quien hizo más uso de esta palabra durante los 18 largos años que anduvo de campaña, aterrizándola, los seis años de su gobierno, en su persona. AMLO en su ideología se convirtió o encarnó literalmente el pueblo.


En un hecho que quedaría grabado como testimonio real del tiempo y la política del tabasqueño en su gobierno, señaló que los delincuentes también son pueblo y tienen derechos humanos y su gobierno los cuidaba. El colofón: “abrazos, no balazos”.


La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo no se cansa de pronunciar que es el pueblo quien la puso como presidenta de México y cualquier situación en la que su administración se tambalea, la frase pueblo sale al rescate.


La narrativa política de AMLO y Sheinbaum ya se aplica por delincuentes abiertamente. De manera insólita se difundió un video en redes sociales de un presunto grupo fuertemente armado perteneciente al Cártel Jalisco Nueva Generación; un individuo armado hasta los dientes realiza las funciones de vocero oficial de dicha organización terrorista, como se ha designado a ese cártel por parte del gobierno de Estados Unidos, donde expresa en su narrativa, “nosotros también somos pueblo”, y denuncia una campaña sucia en su contra implementada en redes.


La presidenta Sheinbaum refiere la misma narrativa de campaña sucia en la persona del expresidente Andrés Manuel López Obrador, la morenista va más allá al señalar que se habrían gastado 20 millones de pesos en dicha campaña en cuatro días. Y remata: “pero el bloque conservador de Calderón ya no engaña al pueblo”. El punto de inflexión: el rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco, donde, según colectivos de desaparecidos de aquel estado, el lugar fue un sitio de reclutamiento, entrenamiento y crematorio… un lugar de exterminio.


La narrativa se acuña y adecua por doquier. El secretario de Gobierno de Sinaloa y exsecretario particular del actual gobernador Rubén Rocha Moya, Feliciano Castro Melendrez, señala: “la calle es del pueblo; el pueblo es el principal protagonista para recuperar las calles”. Feliciano Castro acepta en dicha narrativa que el Estado ha fallado en brindar lo más importante para la ciudadanía: seguridad; días atrás su jefe Rocha lo confesó abiertamente.


Las calles de Culiacán y en general de Sinaloa, por décadas han pertenecido al cártel local, pero el grado de violencia que ha imperado durante más de seis meses, en la actual guerra que se libra al interior de dicha organización criminal, jamás se había presentado, por lo que la ciudadanía optó por imponerse el toque de queda para resguardar su vida.


Rocha Moya acepta que ha fallado en brindar seguridad al pueblo, Feliciano Castro propone que sea el pueblo quien recupere las calles; el pueblo en la persona de delincuentes se siguen matando y llenando de terror las calles; el pueblo en la persona de la fuerzas armadas, federales, ejército, marina, policía federal y policías locales, no han podido recuperar las calles, y Feliciano quiere que el pueblo en la persona del ciudadano común y corriente recupere las calles… lo que ellos no han podido hacer.
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