Por Redacción Internacional
En una operación sin precedentes desde el inicio de las tensiones nucleares con Teherán, el gobierno de Israel ejecutó
este jueves un ataque masivo contra objetivos estratégicos en territorio iraní, golpeando centros militares y nucleares clave. La ofensiva, denominada “Operación León Naciente”, marca un punto de quiebre en el conflicto regional y ha provocado una inmediata respuesta de las fuerzas iraníes.
Un ataque quirúrgico de alto impacto
La operación involucró a más de 200 aeronaves que penetraron el espacio aéreo iraní para atacar al menos 100 objetivos, entre ellos las instalaciones nucleares de Natanz, Fordow y Isfahan, así como fábricas de misiles y centros de mando militar. De forma simultánea, el Mossad desplegó agentes encubiertos que destruyeron sistemas antiaéreos y misiles de corto alcance mediante drones explosivos desde el interior del país persa.
La magnitud del operativo ha sido calificada por expertos como una de las acciones militares más audaces y coordinadas en la historia reciente del Medio Oriente.
Bajas estratégicas y alto costo humano
Fuentes oficiales y medios internacionales reportan la muerte de varios altos mandos iraníes, incluyendo:
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General Hossein Salami, comandante de la Guardia Revolucionaria (IRGC)
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General Mohammad Bagheri, jefe del Estado Mayor
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General Amir Ali Hajizadeh, responsable del programa de misiles iraní
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General Gholam Ali Rashid, alto mando de planificación estratégica
Además, se presume la muerte de al menos seis científicos nucleares y cerca de 80 personas en total, según reportes de Reuters y The Guardian.
Irán responde con drones y amenaza con más ataques
Horas después del bombardeo, Irán lanzó más de 100 drones hacia territorio israelí, la mayoría de los cuales fueron interceptados por el sistema de defensa Cúpula de Hierro.
El líder supremo, el ayatolá Ali Jameneí, declaró que la respuesta iraní apenas comenzaba y que las “represalias serían prolongadas, contundentes y sin límite de alcance”. También se activó una alerta máxima en múltiples regiones del país y se advirtió a los ciudadanos sobre una “emergencia de seguridad nacional”.
Impacto regional y reacción internacional
El ataque ha generado una ola de reacciones internacionales. Estados Unidos, aunque no participó directamente, fue informado con antelación por el gobierno de Benjamin Netanyahu. El presidente Donald Trump instó a Irán a “sentarse a negociar antes de que no quede nada que salvar”, en referencia a las crecientes tensiones nucleares y los intentos de reactivar los diálogos en Omán.
Mientras tanto, el precio del petróleo registró un alza inmediata, ante el temor de una nueva guerra regional que podría implicar a otros actores como Siria, Líbano o incluso Arabia Saudita.
El acuerdo nuclear, en vilo
Este ataque llega justo cuando se habían retomado conversaciones para renegociar el acuerdo nuclear con Irán, el cual estaba siendo mediado por potencias europeas. Expertos aseguran que la ofensiva israelí “ha enterrado toda posibilidad inmediata de reconciliación diplomática”, y coloca nuevamente a la región al borde de una escalada militar generalizada.
La operación israelí en Irán ha reconfigurado el tablero geopolítico del Medio Oriente. El golpe quirúrgico a las capacidades nucleares y a la cúpula militar iraní representa un cambio de estrategia radical. Mientras Israel celebra una supuesta victoria preventiva, el mundo contiene la respiración ante el riesgo de una guerra total.